¿Hay estado que esté libre
de la horrorosa tristeza?
¿A quién no roba la sangre
de la mejilla la pena?

Mi alma el vergel de esta vida
contempló con faz atenta,
y no encontró rosa alguna
sin espina que la hiriera.

¡Cuántos años he vagado
en torno de las tabernas
y no gustado yo vino
que no cause borrachera!


Gaspar María de la Nava Álvarez, Conde de Noroña