Mi sangre ansía,
Vaciar mis venas y
Correr indefensa a ti;
Salir abrupta de mi cuerpo
Para hallar la sonrisa
Que postré en aquel abril.
Rociar tu piel canela,
Con color intenso carmesí,
Con lagunas de tenues pasos
Y fragancia de hoja gris.
Acaso, he, de renunciar
Al urgente palpito
Que extraña tus besos…
¡No, no conozco renuncia!
Escucho al grito sollozar
Desde mi piel, hasta
Mis ya estropeados huesos.
Sería luna trasnochada
O el iris que no duerme.
¡Juro! No marchar de esta vida,
Sin mi sonrisa en tus mejillas,
Y mi sangre con tu sangre,
Quemándose en tu vientre…
Juan José Durán León
León Dalú
17/09/03