Así sea la justa manera,
Como el viento a la mar mece,
Sea este árbol  madera
Que nunca envejece.
Lleve raíz como piedra,
Que busque el agua y la encuentre
Donde solo hay arena,
Y crezca alto y valiente.
Y aunque la astuta maleza
Se intente comer la simiente
Rompa la semilla y crezca
Y frutos de para siempre
Y cuando la primavera
De muestras de que viene,
El fruto que cayó en la tierra,
Crezca con tallo fuerte
Así como Dios lo quiera.

José María García Mauri

Me siento gratamente inspirado
Cuando pasa por mi mente,
El lamento de un ángel halado,
Que absorbo de mi adentro hiriente .

Inspirado en cierto grado
Por los gritos de la gente,
Que En mi alma he matado,
Y en vida he dejado inertes.

Sirva de precedente el aliento,
De las flores de mi jardín,
Que el  fuego las hizo hollín,
Y los restos se llevó el viento.

Que de culpa siento,
En la base de mi inspiración.
Que de tormento y pasión!
Que corazón mas sediento.

José María García Mauri

Por el rojizo cielo,
Moribundo el sol desciende.
Una montaña lo esconde,
Una estrella le precede.
Y la noche al fin cayó,
Con su confidencial linaje.
De brillo resplandeciente,
Y un bonito y blanco traje.
Si la noche no resplandece,
Y viaja triste y obscura,
Es porque cuando estas presente
Enloquece de ternura.
Esas noches de verano,
Te miraba y prometía
Que tu risa, mía luna,
Nunca abandonaría.
Luna, eterna luna,
Con mi ancla y mi velero
Si tengo que elegir una,
blanco mar navego….

José María García Mauri

El espejo que habla me ha dicho,
que vendrán días de represión.
Yo ya he pagado el nicho,
ya he perdido la expresión.

Sé que el aire ahogará,
en mi garganta el grito.
Y el dolor que dejará
mi alma, os lo dedico.

Ya me he acostado con ella,
me dijo que volverá.
Pero esta vez de las estrellas,
no volveré, jamás.

Y como el ambiente
está cargado de más,
os dejaré pendientes
facturas de soledad.

Por eso no estoy triste,
ni alegre en este momento.
Soy el mismo al que viste,
escribiendo su testamento.

José María García Mauri

Una piedra, sola en la arena,
sirena de mi divagar.
Por mi soledad viviera,
una, otra vez, más…

Agua de cuya mejilla,
recorriera un ancho mar.
Desde Gibraltar hasta Melilla.
Te susurraba sin cesar….:

´´ En una cuartilla guardo lo que tu, cuandodormías, y apagada la luz, en sueños decías. Mujerdesnuda, que por el malecón de tus dudas, escapaste sinrival y dueño, hacia un mar de puras aguas. Y sí, esverdad; me siento contento, pero con exceso desoledad…´´

pik, pak, puk,
ahí estás tú,
En un frío despertar.
Rocío, febril aguacero,
de pasiones imaginarias,
exceso de soledad….

José María García Mauri