Tu espalda es mi descanso mi sosiego,
es la calma después de haber amado,
tu espalda es el refugio donde llego
a lamer mis heridas angustiado.
Tu espalda es taller de mi poesía
por las noches que paso desvelado,
tu espalda tiene el fin de cada día,
es el sueño y un beso ya cansado.
Y si todo se me hace cuesta arriba,
si la vida se ensaña con mi vida,
mas que nunca tu espalda es necesaria.
Pues si es dura la mano del destino,
tu espalda es altar donde me inclino
para llegar a Dios… con mi plegaria.
Ramón de Almagro