como la mirada del acero
es la injusta vida
punzante afilada fría
que cercena las lágrimas
no dejando caer
las hojas del alma
sufridas acumuladas
ya cansadas
de no oradar los suelos
menos rozar siquiera el aire
los momentos la piel
anuladas por los muros
guardadas sin salir
en los sótanos del alma
sin poder morir.
Humberto Cárdenas