¡Cómo me pesa el aire
cómo me pesa!
¡Cómo se para mi sangre
cómo se para!
¡Cómo se enfría el viento
cómo se enfría!
¡Helándome el pensamiento
que me atería!
¡Ni el latir me siento
ni el latir!
¡Viviendo como los muertos
sin vivir!
En aquel instante
se me acabó el mundo:
¿Porqué me negaste
con tu gesto de orgullo
la vida, la luz y el aire?
…¡Deja fondear mi nave!
José López «Dobleazur»