Cómo no querer tocarte
cojerte de la mano y pasear
bajo un cielo estrellado, en una
tranquila playa, o en un bosque cercano
y ver tus ojos expresar.
Ese amor, ese cariño, esa amistad,
esa belleza tan serena, tranquila
y hermosa, que mi corazón alegra
y solo con pensar que me puedas faltar
mi corazón enmudece de pesar.
Y se volverá triste, negro, oscuro
y amargado, se hundirá en el lodo
como estuvo antaño, se romperá, se morirá
y… con el tiempo resurgirá de sus cenizas
cual Ave Fénix una y mil veces más.
Y a otra persona conoceré
que el hueco que tu dejaste
lo complete otra vez
y mi corazón reparará
y regresará la luz, el día, regresarán
las estrellas, esos largos paseos
bajo un cielo estrellado, sentir
esa mano caliente junto a mi mano,
pero eso, ya llegará.
Cuando ese día llegue, volveré,
regresaré de nuevo, reiré y
disfrutaré de nuevo de esta vida.
Pero, hasta que ese día llegue,
solo espero, cual Ave Fénix que
mi corazón, de sus cenizas, renazca
de nuevo.
José María Surián Balaguer