No cabe gozo más grande ni mayor satisfacción quepoder parir a un hijo para darle nuestro amor.
Te expones a perder la vida, a sufrir un gran dolor, pero nada nosimporta, solo cuenta nuestro amor.
Amor hacia esa criatura que queremos con pasión, y es tanto loque la quieres que perderías la razón si algo malo leocurre o si simplemente enfermó.
Le ves como va creciendo, lo mimas y con razón, se ha convertidoen un hombre o en mujer si no es varón, hace poco se casó¿su pareja? un amor.
Pero todo va cambiando, para tu pena y dolor, y ese hijo al que tu amas,
Poco a poco se olvidó de que tú eres su madre,! la madreque lo parió!, la que expuso así su vida y le dio todo suamor, la que le cuidó de niño, la que siempre lemimó, la que él ahora no escucha, de la que ya seolvidó, de la que ya no le importa si vive, o si de pena murió.
Mas con lágrimas en los ojos, esta pregunta hago yo:
De que materia es el hijo que a su madre renunció, que lenegó su cariño y a la que nunca escuchó, a la quepoco a poquito hasta la vida quitó.
Pero a pesar del dolor y de la gran decepción, ¡Gracias ledoy a la vida y Gracias a nuestro señor , porque por cada hijode estos , de los Buenos hay un millón!
Con cariño y admiración para todos aquellos hijos queaman a su madre con todo su corazón.
El Maestro