No verte
se me antoja angustioso.
Diluirte en el recuerdo
como una bola de anís
en un vaso de sal.
Perderte. No verte.
Rozar tu alma en mis sueños
Estirar los dedos y no ver el cielo
Cerrar los puños y amarrar el aire
Abrir los ojos y no ver el mar.
Las noches se desperezan
como anguilas y se estiran
hasta llenarlo todo de algas.
Mi piel se estremece y tiembla
Mis labios te buscan
Mis ojos pierden la libertad
¿Acaso robaste mi calma
con cada trozo de sueño?
Mi alma chapotea en mi angustia
y me salpica el corazón.
Nos respirábamos.
Encerrábamos el tiempo en una botella
y nos reíamos de la soledad.
El cielo era de piel.
Y nuestros cuerpos de agua.
Amor amarillo.
… Y ahora que las palabras no saben decir nada
Tu vacío se expande y me aprieta por dentro
El aire me huye y no puedo respirar…
Te regalo mis manos
para que sujetes mi destino.
Sandra Martínez Guerrero