Cuando Laso murió, las nueve hermanas
lloraron con tristísimo gemido:
destemplaron las liras soberanas,
que sólo daban fúnebre sonido.
Gimieron más las musas castellanas,
creyéndose entregadas al olvido.
Mas Febo dijo: «Aliéntese el Parnaso.
Meléndez nacerá, si murió Laso».


Dalmiro. José Cadalso