Se me murió el olvido
de repente.

Inesperada-
mente,
se le borraron las palabras
y fue desvaneciéndose
en el viento.

En busca suya el corazón tocaba
todas las puertas.
Nadie. Nada.

Y allí donde estuviera se instaló
de nuevo,
el doloroso amor,
el implacable,
interminable-
mente.

Meira Delmar

Si acaso al otro lado de la vida
otra vez, por azar, nos encontramos,
¿se reconocerán nuestras miradas
o seremos tan sólo un par de extraños?

De todos modos te amaré lo mismo.
Juntos. O separados.

Meira Delmar

Asomado a la fuente ve que el agua le mira
con el trémulo asombro de su propia belleza.
Los ojos ya no pueden rescatar la mirada
que ha olvidado en las redes hialinas del espejo.

Nunca nadie en la tierra
quedara como él, ensimismado
en el reflejo fiel de su hermosura,
nunca nadie perdiera
como él la certeza de las horas,
fijo en la verde orilla e inclinado
sobre el tiempo sin tiempo de su imagen.

Y cuando acerca el beso
a los labios que ascienden,
no sabe cómo cae, cómo huye por fin
su desbordado amor entre las ondas.

La flor que así lo cuenta
lleva su nombre gualda
entre las manos.

Meira Delmar

If by some chance we should meet again
on the other side of this or another life,
will we recognize our glances
or will we just be a couple of strangers?

Whatever happens, I will love you as I do always.
Together or separate.

Meira Delmar

Ahora estamos unidos
para siempre.

No importa que te hayas
marchado,
que la puerta
no se abra más
para esperar tus pasos,
ni importa que en las manos
que me encuentran
no me rocen las tuyas.

Andas conmigo,
vas, vienes a mi lado,
y miras con mis ojos
derramarse en el mar
el ocaso.
Oyes el viento en la noche
cuando pasa estremeciendo
las ventanas,
y me sigues constante
por la oscura comarca
del insomnio.

Revestida de ausencia
tu perdida presencia
me acompaña.

Meira Delmar

Detenida
en el río translúcido
del viento,
por otro nombre, amor,
la llamaría
el corazón.

Nada queda en el sitio
de su perfume. Nadie
puede creer, creería,
que aquí estuvo la rosa
en otro tiempo.

Sólo yo sé que si la mano
deslizo por el aire, todavía
me hieren sus espinas.

Meira Delmar

No sé nada de ti. De mí
no sabes nada.
Sólo que
al encontrarse nuestros ojos
un día,
tuvimos la certeza
de haber hallado al fin
lo que por tantos
años —la vida, esta
vida y aun otra anterior— perseguimos
en vano.

Y fue como un relámpago
en medio de la sombra.

Meira Delmar

Cuando presiente el corazón la gloria
de ser libre por gracia del olvido,
me llega entre la noche, como el ruido
del mar en la distancia, tu memoria.

Con ella viene la tenaz historia
de lo que pudo ser y nunca ha sido.
Arduo amor ni ganado ni perdido,
batalla sin derrota y sin victoria.

Cada vez que en mi mano reverdece
la rama del olivo y aparece
después de la tormenta la alegría,

algo tuyo regresa de la nada
y de nuevo destruye la dorada
esperanza fugaz de un claro día.

Meira Delmar

Llegas cuando menos
te recuerdo, cuando
más lejano pareces
de mi vida.
Inesperado como
esas tormentas que se inventa
el viento
un día inmensamente azul.

Luego la lluvia
         arrastra sus despojos
y me borra tus huellas.

Meira Delmar