Cariño mío.
Y es que tu amor
se hizo
espejo de la noche.
Y dónde andarás
por mi cuerpo corrompido.
Y la noche pasará
amargamente sin ti.
Y la lluvia,
se revolcará
por mi existencia.
Cariño mío
y cuánto te amaré
sin pensar el tiempo.
Y es que este amor
será letal,
calcinante, río.
Y tú irás de prisa
llevándote mi abrigo,
mi ser, mi alma.
Y después de todo…
Cariño mío.
Me pregunto:
¿Qué será la vida sin ti,
mi amor, mi amante, mi abrigo?

Iván Segarra Báez

No me definas, abrázame,
haremos un poema nuevo
con tu nombre y mi cuerpo.

No sé si el tiempo de las edades
condene para siempre
el silencio de mi espíritu.
¡Qué no me destruya nadie
el milagro de amor de ser poeta!

No me definas, abrázame,
seremos dos capullos de amor
soñando en ser aves.

No sé si la bruma de la noche
me despierte la piel para amarte,
recuerda tan sólo mi equipaje,
que es tan libre como el viento,
como el viento inmortal
para amarte.

Iván Segarra Báez

Quiero olvidarme
de que te amo.
De que tu amor volará
con la pasión de la noche.

Quiero olvidarme
de sentirte
tan cerca, tan lejos.
Tus pasos caminándome
como dalias de cenizas
sobre mi desconsolado cuerpo.

Quiero olvidarme
de presentirte
tan lejos de mí,
y aún yo amarte.

Quiero olvidarme
de que existes.
Tu amor en mi boca
nos despierta la piel
para olvidarnos.
Quiero olvidarme
del olvido,
causado por el amor
de tus manos
sobre el lecho,
sobre el lecho dominante
de nuestros primeros besos.

Quiero olvidarme
de tu presencia.
Tu presencia nacida
nacida sobre mi cuerpo.

Quiero olvidarme
de que te amo,
de que existes,
de sentirte,

De presentirte,
de tu presencia,
de nuestro amor,
del olvido,
de tus pasos
y de tus manos
que tienen el pecado
de besarme la piel
sobre el lecho nacido
nacido sobre el tiempo,
sobre el tiempo de amarte.

Quiero olvidarme
de que te amo,
pero todavía no sé…
¿Cómo podré olvidarte?

Iván Segarra Báez