Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte,risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierbahúmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. Enla casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el vientoagita raídos cortinajes, entra sólo la luna através de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora,qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios,qué olor a cerrado, ahora, qué grotescos. Osecharé de menos, nunca os olvidaré. Pañuelos quese pierden en el horizonte. A lo lejos se oyen golpes secos, uno trasotro los árboles se derrumban. Está en venta eljardín de los cerezos.


Leopoldo María Panero