A Roman Jakobson

          1

Entre lo que veo y digo,
entre lo que digo y callo,
entre lo que callo y sueño,
entre lo que sueño y olvido,
la poesía.
                    Se desliza
entre el sí y el no:
                                   dice
lo que callo,
                        calla
lo que digo,
                        sueña
lo que olvido.
                           No es un decir:
es un hacer.
                        Es un hacer
que es un decir.
                               La poesía
se dice y se oye:
                                 es real.
Y apenas digo
                             es real,
se disipa.
                   ¿Así es más real?

Arquitecturas instantáneas
sobre una pausa suspendidas,
apariciones no llamadas
ni pensadas, formas de viento,
insubstanciales como tiempo
y como tiempo disipadas.

Hechas de tiempo, no son tiempo;
son la hendedura, el intersticio,
el breve vértigo del entre
donde se abre la flor diáfana:
alta en el tallo de un reflejo
se desvanece mientras gira.

Nunca tocadas, claridades
con los ojos cerrados vistas:
el nacimiento transparente
y la caída cristalina
en este instante de este instante,
interminable todavía.
Tras la ventana: desoladas
azoteas y nubes rápidas.
El día se apaga, se enciende
la ciudad, próxima y remota.
Hora sin peso. Yo respiro
el instante vacío, eterno.

Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.

La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.

Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.

Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.

Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.

La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.

En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.

Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.

Entre s´en aller et rester hésite le jour,
amoureux de sa transparence.

Le soir circulaire est déjà une baie:
dans son calme va-et-vient se berce le monde.

Tout est visible et tout est élusif,
tout est proche et tout est intouchable.

Les papiers, le livre, le verre, le crayon
reposent à l´ombre de leurs noms.

Battement du sang qui dans ma tempe répète
la même syllabe têtue de sang.

La lumière fait du mur indifférent
un théâtre spectral de reflets.

Dans le centre d´un oeil je me découvre;
il ne me regarde pas, je me regarde dans son regard.

L´instant se dissipe. Sans bouger
je reste et je m´en vais: je suis une pause.

Between going and staying the day wavers,
in love with its own transparency.

The circular afternoon is now a bay
where the world in stillness rocks.

All is visible and all elusive,
all is near and can´t be touched.

Paper, book, pencil, glass,
rest in the shade of their names.

Time throbbing in my temples repeats
the same unchanging syllable of blood.

The light turns the indifferent wall
into a ghostly theater of reflections.

I find myself in the middle of an eye,
watching myself in its blank stare.

The moment scatters. Motionless,
I stay and go: I am a pause.

Homenaje a Claudio Ptolomeo

Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.

Homage to Claudius Ptolemy

I am a man: little do I last
and the night is enormous.
But I look up:
the stars write.
Unknowing I understand:
I too am written,
and at this very moment
someone spells me out.