Sí el impulso del amor es el más níveo de lospulsos.
Sí todo corazón es poesía que se dona.
Sí el amor depende del amor que sembremos.
Sí el amor es la senda que sondea los labios seda de la paz.
Sí el amor nace de un beso en verso.

       Ofrece el amor y sal a tomar el sol delpobre,
    y la luna de los enamorados del mar,
    y el mar de los poetas que sueñan serpoesía.

Del amor de cada uno nace la paz para todos,
y de todos la paz para sí, en sí, y en los demás.

       Todo lo vence y convence el amor:
       en su aire el mundo es un donaire sindesaires
    y el cielo un manso cielo en continuo celo.

Víctor Corcoba Herrero

Hablar lo menos posible
de nosotros mismos
y callar los asuntos personales,
evitar el fisgoneo
y la curiosidad de meterse
en la vida de los demás.

Esto ayuda a vivir.

Donde hay desamor
llevemos amor
y una ración de versos
para que vuelva la armonía
donde hay discordia
y desesperación.

Esto ayuda a vivir.

No más espanto, ni duelo,
ni llanto…No más
fuerzas forzadas,
sino hierven de amor.
Que los hombres son iguales
en la muerte,
sin que pueda prevalecer
compra alguna.
Los poderes celestes
aseguran la paz:
si los niños ríen,
y los papas se besan,
y los vecinos se dan las horas…

Esto ayuda a vivir.

Se acuerda adoptar un inmigrante
en cada piso  y se recuerda
el derecho a la protección del verso
que ha de donarse y no venderse.

A vivir ayuda el fomento del amor
de amar amor y el fermento del beso.
A vivir ayuda el fomento del amor.
A vivir ayuda… vivir y dejar vivir.

Víctor Corcoba Herrero

Se necesita un nuevo verso
que nos universalice
en la mesura,
y en una mejora de aires,
ante las mil usuras,
que nos roban la vida.

Para educar en la paz,
se precisa vivir en el amor
y enterrar el odio,  
abrirse a la poesía
y cerrarse a los saqueos,
quererse para querer
y querer para ser querido.

Bajo este clima comprensivo,
la paz es un amor posible
y el amor un amor duradero.

Víctor Corcoba Herrero

Poesía es caminar y hacer camino.
Hacer camino es vivir y dar vida.
Dar vida es sembrar y asombrar.
Asombrar  con ojos de niño,
hallarse poeta y sentirse poema.

En los labios siempre la risa
como respuesta a una mirada,
como apuesta de paz,
como declaración de amor,
que todo lo ameniza y armoniza.
Que nos trascienda la luz
en plena sombra y nos encienda
el sosiego que nos asciende a Dios,
¡sólo Dios es la fuente del gozo
y el manantial de la Vida!.

Porque la Vida no es un instante,
es un verso perpetuo,
un latido de corazones,
un aire desprendido,
donde nadie es esclavo de nadie.

Hemos de amar al ser por ser persona.
Hemos de amar  al ser.
Hemos de amar.
Hemos de ser para el mundo, ¡la poesía!.

Porque un corazón que no comparte,
se parte;
y roto es un modo de morir.

Víctor Corcoba Herrero

Quise medir el amor
con los labios del mar,
y el mar me bañó de versos
con los labios de tu boca.

Tu boca es el olvido del yo
y la memoria del alma
que se funde y se confunde.

Porque el amor
es la necesidad de salir
de uno mismo
y de entrar en el otro
como luna en la mar.

Y el mar con el amor
es un poema de vida,
en busca de soles y de sales,
un aire de rosas en llama.

Una llama que se enciende
con los ojos del alma,
que crece con los oídos del pulso,
y con el tacto de la poesía.

La poesía como el amor
nunca pasará de moda,
siempre nos resucitará
todas las bondades
y todas las virtudes.

Si quieres ser correspondido
con el beso del amor,
ama tú y espera,
que la espera aviva y revive.

Revive y aviva la rosa del amor,
que lo es todo en todos,
y que nos vuelve nada en la nada.
 
Que cada cual verse al amor
como quiera verse y abrazarse.
Que cada cual verse al amor
como quiera morir y renacerse.

Que cada cual verse al amor
como el amor versa a la vida,
donde los acantilados encantados,
conciertan la desnuda sonata
del gusto en el gesto del goce,
tan anudado como anidado,
tan acompasado como acompañado,
y tan compartido como repartido.

Víctor Corcoba Herrero

Hoy he vuelto a pasear
por el mar de la vida
y descubrí que las rosas
son lunas y que el cielo
es un abanico de soles
y el aire un aliento de sales.

Confieso al confesor del Universo
y ante el lector autor de la poesía,
lo que sigue y lo que suma:
Quise ser ola en plenitud
y tuve que donarme a los demás;
quise quedarme a vivir en la poesía
y tuve que servir al servidor;
quise  consagrarme al amor
y tuve que decir adiós al odio;
quise llevarme la paz a la boca
y tuve que hacer el corazón.

Me pudo la vocación de ser poeta,
que es una evocación a la vida,
a recibirla con el alma
y a ofrecerla con el verso.

Un verso de llegada
y otro verso de partida,
que está en las manos de Dios;
un Padre amoroso y compasivo,
que es la luz en la sombra,
la calma en los que sufren,
el orden en el desorden.

No hay mayor manantial de gozos
que ese Dios Creador y Padre,
que todo lo puede,
para que el hombre no muera,
para que el hombre viva,
para que el hombre beba
la eternidad eterna de lo eterno.

De esta unión de Dios con el tiempo,
nace el deber de poetizarlo,
de santificarlo, de venerarlo,
¡de amarlo!.  El ahora sin horas,
el segundero sin sendero,
y la vida naciente sin pacientes.
Sólo Dios salva. Sólo Dios basta.

Víctor Corcoba Herrero

Descompensadas pasiones
se apoderan del mundo;
deseos de poder y podar,
de dominar y domar,
de someter y arremeter.

Adormecida la humanidad,
nada es lo mismo,
ni el amor sabe a rosa,
ni la rosa a poesía,
ni la poesía a vida,
ni la vida a manantial de luz.

Hacen falta corazones abiertos
al amor de los amores,
al amor de Dios,
en un tierra que entierra
la sonrisa de los niños
y se ciega a dar palos a los sordos.

Se precisan labradores
que cultiven labios de alma,
para que sus besos cautiven
el orbe y el urbe, el ser y el estar.

Si tú eres uno de ellos,
escríbelo en el aire,  
abracemos miradas
y ciñamos corazones,
para que el poema de vivir
vuelva a la vida,
y en la vida viva y nos reviva.

Víctor Corcoba Herrero

I.- SALADA FRAGANCIA

De tanto navegar por la esperanza
hallé el amor y de él me hice devoto,
porque entregarse es etérea foto
y compartir latidos es bonanza.

Del níveo beso brota una danza
de olas en verso, un mar en alboroto,
un río de silencios, cauce de un soto
de aire que calma y colma en templanza.

¡Qué gran quietud nos ofrenda el amor!.
¡Qué gran quietud nos refrenda donarse!.
¡Qué suave inquietud, qué paz su furor!.

No hay nada mejor que de amor bañarse
para ahuyentar la cruz del dolor,
y en la ardiente pasión eternizarse.
 

II.- MÚSICAS SONORAS
 

Igual que el firmamento
son los amantes,
porque tienen su firma
en el sentimiento,
y su universo
en el beso,
y su casa en la casa
del corazón.

Al corazón por ser poesía
van las musas,
y detrás de las sílabas
se van las rimas.

Rimas para tus ojos,
rimas para tus labios,
rimas para tu boca,
rimas para tu piel,
rimas que son llama
en la llama donde llama el amor.

Víctor Corcoba Herrero

Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina, y nada más…

Gabriela Mistral

         I

En una ola de inquietud,
la expiración nos alcanza.
El cielo es una esperanza,
y la tierra la quietud.
¡Halle el alma plenitud!.

Nadie puede comprar vida.
En la tierra no se anida.
Ni el rico lleva riqueza,
ni el pobre lleva pobreza.
¡No hay llegada sin partida!.

         II

¡No hay partida sin llegada!.
Llegar sin herida alguna,
a los labios de la luna,
y descubrir todo y nada,
¡sentir el sol sin espada!.

Dejar atrás el dolor,
amar  tan solo el amor,
¡qué ya no existe la cruz!,
pues el amor es la luz,
¡en eterna vida en flor!

Víctor Corcoba Herrero