ODA XLIX

Rectórico molesto,
deja de persuadirme
que ocupe bien el tiempo
y a mi Dorila olvide.

Ni tú tampoco quieras
con lógicas sutiles,
del néctar de Lïeo
hacer que me desvíe.

Ni tú, que al fiero Marte
muy más errado sigues,
me aflijas con hablarme
de muertes y de lides.

Pero contadme todos
mil bailes y mil brindis,
y mil juegos y amores,
y olores y convites.

Que tras la edad florida
viene la vejez triste,
y antes que llegue quiero
holgarme y divertirme.


Juan Meléndez Valdés

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