LEYENDA DEL MAGO DE LA GUITARRA

Cuentan que una vez,
un mago armado de sólo una guitarra,
llamó por una mujer imaginada.
Sabía su nombre,
eso, no es nada,
letras,  sílabas,
no carne, sangre, alma.
Habitaba ella en otro tiempo,
entre helechos adormecida estaba.
Cantaba en la lluvia,
en la brisa, en las olas viajaba.
Más fue tanto el ardor de aquella guitarra,
que cobró vida, dimensión en una palabra.
En el verdor gastado de un parque,
apareció ella; cautelosa, tímida,
altiva a la vez como el alba.
Al fin mujer creada al conjuro
del mago de la guitarra.
Ella con sus ojos de nubes,
fresca, limpia, serena como agua de playa,
reconociéndose al fin, en los ojos del que así la
llamaba.
Por vez primera viva,
no imaginada.
Cuentan los que la vieron,
que desde entonces está en ese parque sentada
prisionera en las cuerdas del  mago de la guitarra.

Concepción de Quesada y Loynaz

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