El pan

El pan que nace
el pan en el horno de los dioses
el pan en los pechos de las vírgenes
el pan en el hombro de los estibadores
                         el pan
                                 siempre el pan
que amarillea pasajes grises
jornadas estriadas
vientos policromos
mecidos en espigas bajo el sol
quebradas de silencios
redimidas de ilusión en la gramínea
que espera por la lluvia
regando de alquitrán
la piel ajada del campo
 
Cierto es el pan
pan de toda certidumbre
noble armazón de energías
amasándose en la inercia  
de los dedos sin sortijas
donde crecen las montañas
en el axioma perfecto
 
La ronda del pan
cuerno
que rompe
sofismas
porfiado
sobre el hambre
                          salta
en interminables boquetes
de resquicios
de inclemencias
 
Acorazado de féculas
                        gigantesca
levadura de sudor y tiempo
                        hojaldrada
con el agua sempiterna
encima de las mañanas
hasta el aroma clavada
en el ojo de la aguja
por donde el hombre se escama
y se devuelve a la tierra
                                  desnudo
alquimia de alumbramiento.

María Eugenia Caseiro
septiembre 8/04

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