DISCURSO DEL CONTEMPLATIVO

    Amo la paz y la soledad; aspiro a vivir en una casaespaciosa y antigua donde no haya otro ruido que el de una fuente,cuando yo quiera oír su chorro abundante. Ocupará elcentro del patio, en medio de los árboles que, para salvar delsol y del viento el sueño de sus aguas, enlazarán lascopas gemebundas. Recibiré la única visita de lospájaros que encontrarán descanso en mi refugiosilencioso. Ellos divertirán mi sosiego con el vuelo arbitrarioy su canto natural; su simpleza de inocentes criaturas disiparáen el espíritu la desazón exasperante del rencor,aliviando mi frente el refrigerio del olvido.

    La devoción y el estudio me ayudarán acultivar la austeridad como un asceta, de modo que ni interéshumano ni anhelo terrenal estorbará las alas de mimeditación, que en la cima solemne del éxtasisdescansarán del sostenido vuelo; y desde allídivisará mi espíritu el ambiguo deslumbramiento de laverdad inalcanzable.

    Las novedades y variaciones del mundollegarán mitigadas al sitio de mi recogimiento, como si lashubiera amortecido una atmósfera pesada. No aceptarésentimiento enfadoso ni impresión violenta: la luzllegará hasta mí después de perder su fuego en laespesa trama de los árboles; en la distancia acabará elruido antes que invada mi apaciguado recinto; la oscuridadservirá de resguardo a mi quietud; las cortinas de la sombracircundarán el lago diáfano e imperturbable del silencio.

    Yo opondré al vario curso del tiempo laserenidad de la esfinge ante el mar de las arenas africanas. Nosacudirán mi equilibrio los días espléndidos desol, que comunican su ventura de donceles rubios y festivos, ni losopacos días de lluvia que ostentan la ceniza de la penitencia.En esa disposición ecuánime esperaré el momento yafrontaré el misterio de la muerte.

    Ella vendrá, en lo más callado de unanoche, a sorprenderme junto a la muda fuente. Para aumentar la santidadde mi hora última, vibrará por el aire un beato rumor,como de alados serafines, y un transparente efluvio deconsolación bajará del altar del encendido cielo. A micadáver sobrará por tardía la atención delos hombres; antes que ellos, habrán cumplido el mejor rito demis sencillos funerales el beso virginal del aura despertada por laaurora y el revuelo de los pájaros amigos.

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