VESTIDO DE BLANCO

Vestido de blanco,
con la pureza mística del  nardo,
como dulce palomo,
te encontré allí, allí estabas,
donde ahora en vano busco.
Falta tu figura
tu voz segura
su resonancia única,
faltas tú.
Vestido de blanco,
como el puro nardo te perdí,
No me conformo con tu ausencia,
que no estés allí,
con tu ropaje blanco,
tus ojos, mar de noche
con todas las estrellas bailando dentro.
Y aquel perfume concreto,
que eres tú.
Cuenta, dime, qué ojos te   ven ahora,
qué aire perfumas fresco,
dónde resuena tu voz,
tu inigualable voz campana argentada
Cuenta, dime, quién podrá quererte,
quien añorarte,
hasta creer sentir cercana la muerte
si no soy yo.

Concepción de Quesada y Loynaz