UNA FLOR EN EL CAMINO

La muerta resucita cuando a tu amor me asomo,
la encuentro en tus miradas inmensas y tranquilas,
y en toda tú… Sois ambas tan parecidas como
tu rostro, que dos veces se copia en mis pupilas.

Es cierto: aquélla amaba la noche radiosa,
y tú siempre en las albas tu ensueño complaciste.
(Por eso era más lirio, por eso eres más rosa).
Es cierto, aquélla hablaba; tú vives silenciosa,
y aquélla era más pálida; pero tú eresmás triste…

Amado Nervo, 1902

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *