SIN AVISO

Déjame decirte lo que escribí sobre  ti
en  los pliegos de mi mente;
 y que fue…

Casi al amanecer aun continuo
con este arduo manuscrito;
el sol,  me ha despertado del sueño
y mis dedos ya son raíces
en el pergamino de tu recuerdo.

Déjame decirte,
que la tinta usada
la he  robado de los ríos de tus venas
y no fue  suficiente para calmar
la sed voraz de mi corazón.

Déjame decirte,
que aun sigo soñando
en la miel de tus ojos;
la cual he bebido,
en tu boca de silencio

Déjame decirte,
al menos,
que sueño que sueñas conmigo.

Déjame decirte,
que me dejes,  
al menos,
con ese sueño.

El Graso Grueso