Despiertan los personajes,
abro los ojos con ellos.
De nuevo el mustio canto
de los pájaros,
de nuevo el sol detrás de los cerros…
de nuevo, de nuevo todo.
Es mayo
y las chicharras rechinan entre los árboles,
es mayo
y sentimos cómo nos desparramamos
con el día,
cómo el calor nos hincha los pulmones
y nos hace flotar entre las calles,
como no queriendo pisar la tierra,
ésta que nos espera con los polvos abiertos
porque algún día,
algún día…
Mejor no hablar de cosas feas
dice el primo de Juan Pablo
mejor no hablar de lo evidente,
del cansancio y del cuerpo sin forma.
Mejor no hablar de los ojos
que arañan las paredes
intentando memorizar la vida,
mejor no hablar
no hablar
porque a las palabras se las lleva el viento
y a nosotros con ellas.
Es mayo
y los personajes prosiguen
su incansable ir y venir.
Rechinan sus dientes entre los árboles
y se saben vivos,
momentáneamente vivos.
Sonia Silva-Rosas