Una piedra, sola en la arena,
sirena de mi divagar.
Por mi soledad viviera,
una, otra vez, más…
Agua de cuya mejilla,
recorriera un ancho mar.
Desde Gibraltar hasta Melilla.
Te susurraba sin cesar….:
´´ En una cuartilla guardo lo que tu, cuandodormías, y apagada la luz, en sueños decías. Mujerdesnuda, que por el malecón de tus dudas, escapaste sinrival y dueño, hacia un mar de puras aguas. Y sí, esverdad; me siento contento, pero con exceso desoledad…´´
pik, pak, puk,
ahí estás tú,
En un frío despertar.
Rocío, febril aguacero,
de pasiones imaginarias,
exceso de soledad….
José María García Mauri