… ya era tarde y me acababa de levantar, tenía una resaca demuerte y parecía que la cabeza
se me fuera a partir; y aunque apreté los dientes y me lacogí con fuerza para aguantarla y
fijarla en su sitio, me puse malo, empecé a toser y atoser y así estuve un rato,
hasta que loco y desquiciado, fuera de mí, por el mar revueltode la cocina me puse a dar vueltas
y más vueltas como si fuera Moby Dick en busca de Ahab paramatarlo;
… de pie, y contraída la frente, temblando y meándomeconseguí volcarme en la boca
el puchero de café amargo, y aunque varias veces chasqueéla lengua con asco, aguanté el sabor;
pero enseguida me dio un ataque de náuseas y me llené dehipos y toses,
me estremecí, de arriba abajo, y como una vara verdecontinué desecho y temblando
seguro, seguro que fue la enfermedad, o la borrachera de anoche,sólo sé que los espasmos cabrones
me arrancaron el vaso de la mano y me lo tiraron, y al chascar meaturdió más y me rajó del todo la cabeza
… creo recordar que, rígido, sudé y sudé, y queluego bajé los párpados y que los mantuve allí,
con cojones, quietos y bien apretados, como piedras aunque en esemomento no sabía
si eran míos o los de un cobarde que los estaba cerrando a todaprisa para huir del fin del mundo;
eso, eso pensé mientras creí que no había remedioy en tres minutos palmaría
… después de todo, encorvado, echando bofes y bilis,amparándome el estómago con las manos,
salí al corredor y entre maldiciones y gritos de la loca desiempre, enloquecido corrí entre vómito
y vómito hasta el servicio; la loca ¡ quién iba serla loca sino mi única vecina ¡ y es que ésa
ya no, no aguanta ¿ no acaban de ver…? a esa mujer deldiablo poco le importa que me mate un tren
o que me trinque una navaja; mira que cuando la veo le digo: “Clotiestás caput total, tú ni fu ni fa, ya no jalas nicapiscas na de na, no te enteras”; la Cloti vive arriba; es una viejasorda y estúpida, la misma
que me echa una manta por encima cuando llego tarde y me pongo a roncarcomo un cerdo
en el rellano de la escalera.
Orión de Panthoseas