Rostro maligno oculto entre apariencias, recorres largas distanciasllevando contigo inesperada verdad;
Desapareces de las visiones comunes, alquilando un cuarto en elrincón de las tres añoranzas;
Sobre el papel te ensucias a diario, revolcándote en despreciosobre los que de mano en mano lo ven pasar;
Sobre el cuerpo engañas a tu antojo, cubriendo las realidadescon reflejos y exiguos movimientos;
Lastimas de verdad maldita apariencia; en la formaciónespiritual…
En la difícil aceptación de la mutua confianza,
En el reconocimiento del buen sentido y los anhelos reservados,
En ese tramo martirizas, desilusionas, oprimes y apartas grandesilusiones;
En ese plano revives tu alma enterrada… ciegamente lejana.
…¿Qué ignorante la vida que no acepta tu cortapaciencia?;
…¿Qué trágico arrepentimiento preservan quienessustentan a diario el reconocimiento absoluto de esta verdad?…
…Ciertamente, estarás respirando cerca, caminando cerca,observando quietamente la vergüenza, tu leal compañera;
Cuando atentas su avaro apetito, te libra de encierro y sombra plena,
Te abre el camino y te muestra la luz,
Permaneces entonces, bajo nuestro cuidado… hasta donde resista…
La arrinconada y desprevenida conciencia.

José Luis Cárdenas Saldivia