19-11-2003
Te he visto acorralada entre latidos de esmeralda.
Palpable luz, mano débil, triste, agonizante. Un rumornacía del silencio.
Pero allí no estabas, sino que emergías del fondo de untiempo prohibido.
Nada en tus pasos, nada en tu carne, nada en tu llanto.
Te miraba, aunque no estuvieras delante de mí. Y fue sólo
una secuencia de instantes en la noche del amor.
Fue sólo un corazón vacío llenándose devida, pulso a pulso, sangre a sangre,
luz a luz. Fue sólo una dicha de plenitud:
en el acorde de los símbolos
fluías entrelazada en la memoria;
imagen ausente.
Fue un temblor, fue un deseo, fue un ramaje apartando la luna de suvista,
fue un ciego sentir, fue un dolor a tientas.
Fue la noche más débil en la oscuridad másfría.
Fue el mismo desorden de la luz.
Fue una frágil voz en
lugar cerrado: eras tú.
Luis Llorente Benito