ENSEÑA CÓMO NO ES RICO EL QUE TIENE MUCHO CAU

Quitar codicia, no añadir dinero,
Hace ricos los hombres, Casimiro:
Puedes arder en púrpura de Tiro,
Y no alcanzar descanso verdadero.

Señor te llamas; yo te considero
Cuando el hombre interior que vives miro,
Esclavo de las ansias y el suspiro,
Y de tus propias culpas prisionero.

Al asiento de l´alma suba el oro,
No al sepulcro del oro l´alma baje,
Ni le compita a Dios su precio el lodo.

Descifra las mentiras del tesoro,
Pues falta (y es del Cielo este lenguaje)
Al pobre, mucho, y al avaro todo.

Francisco de Quevedo y Villegas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *