CALLA

En otros tiempos, tiempos mejores,
los dos cumplimos nuestro deseo,
y sin querernos, de unos amores
urdimos ambos el fantaseo.

Los dos mentimos: ¡dulce mentira!
Yo te escuchaba con calma absorta
y, habla, te dije, que amor te inspira;
miente y soñemos, la vida es corta.

Hoy, fatigado de la comedia,
porque la ruda verdad amarga,
y con engaños no se remedia,
pienso al oírte: la vida es larga.

¿A qué las frases que me dijiste?
Mimos gastados, suspiros viejos…
¡Estoy tan solo, y estoy tan triste!
Los que me quieren están muy lejos.

Francisco A. de Icaza

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