La languidez del aire entre las rosas
que dulcemente inhalan los sentidos,
es un suspiro leve de remanso
en esta noche melancólica de plata.
Apenas suena el aire ni se mece.
Apenas suena el agua enloquecida de reflejos
en el arroyo oscuro,
si no es el salto de una rana leve,
celosa de un lucero entre los charcos.
La languidez del aire entre las rosas,
viene del remolino de la luz y el aire
en las mismas rosas ascendidas por tu verja
y luego desmayadas candorosas de sus pétalos.
Apenas se oye el dulce respirar de tus latidos,
unidos para siempre a mis sentidos.
¡Somos un corazón ardiente en plena noche,
un abrazo cerrado por mil besos,
una ilusión viviente, sin sentido!
¿Qué sentido tiene retener tus besos
si alocados, se escapan cual suspiros?
¿Qué sentido tienen tus caricias,
si huyen y se escapan al olvido?
¡La languidez del aire entre las rosas
en una noche melancólica de plata!
¡La languidez de ensueños revividos!
Carlos Etxeba