… si viniera Dios conmigo esta tarde a tocar las cosas y meenseñara
a resucitarlas, oh pies, oh levedad, oh entendimiento…
… porque los días pesan como piedras, se hunden en los bolsillos
y tiran para abajo en el trabajo, en las cocinas, en las calles;
¿ y cómo, cómo resucitar los días ?
Si esta tarde viniera Dios y asomara a este rincón
en que amasamos la eternidad, vería la labor que queda.
Pero estoy solo, soy el encargado de resucitar la soledad y el mar,
y hoy no sé cómo acercarme a ellos para que no me matenni me teman.
¡ … ah, si detentara la alegría… !

Orión de Panthoseas

… contempla, alma mía, las últimas cosas: el terror, laherrumbre, la desolación, sí,
pero mira y ve también tu espada de valor, tu fuerza, y antes deirnos toca tu luz: lágrimas vivas
por las que han pasado tropeles de mundos golpeando yfrotándote, pues con ellas
haremos frente al guardián de la vida, al que todo lo tuvosujeto con los dientes;
… pero, aun así, no cantemos victoria, porque díasvendrán a un tiempo con minotauros de hierro
y alondras, con sierpes y golondrinas, y habremos de salvar precipiciospor donde siempre, antes,
acabaron despeñándose la brisa y el rumor del mar;
… de cualquier modo vibra, adéntrate en los fuegos de hueso ysangre e inicia y construye
un sol; mientras quede una antorcha ajada, hazlo, préndela,y  por siempre fulja la hiel de los metales;
… alma mía, mírala, nos ha llegado la hora, ¿ ycómo no reconocerla si tanto dolió y alberga tanto ?
… aun en la alegría, es costoso llorar.

Orión de Panthoseas

… tras el vuelo sublime de sus sangres
el bosque suena herido;
¿será el rumor de la vida que huye
o el aliento con que brota en las hojas
la luz que queda?
¿también esto es el año? ¿tantohabía?
… ya veis, me asombra y asusta la belleza porque no la conozco,
¿cómo si no esta forma extraña de aventar laboresdel tiempo
y este resplandor que bajo el cielo se abre?
… pero, a pesar del miedo o del asombro,
¿no huele el aire a ternura acaso, a fe, a renovación
y a no estar solos?
… ¿y no habrá oculto un dios, o una alegríaextraordinaria,
    pues que vivo y en los atrios hondos de mi almaestoy cantando?

Orión de Panthoseas

… paciencia, corazón ¡ tan intenso has vivido el dolor!Cálmate.
Mira la luz, no se impacienta, tampoco el mar, y el aire llega limpio
de los montes al atardecer. Respira, respira y siente, corazón.Piensa en tu fuerza,
en cómo el mundo te ha increpado y en cómo has luchado yaguantado el combate.
Es verdad que el dolor se hace ingente en las urbes, que surge porentre las hiedras
de la esclavitud y excita y sacia con pasión la sangres.
Quieto, pues, y no te apresures porque ambos hemos aprendido a llorar.
Nos toca ahora preservar la paciencia y aceptar con sosiego el ruido delos pájaros,
nos toca sentir y saber, corazón. Por eso, por eso hemos estadohuyendo
de quienes éramos.

Orión de Panthoseas

… arriba, muy altos, donde la tarde es oro, vencejos y gaviotasenloquecen de sol y luz,
de libertad;
… e incesante, mientras, la vida va de acá para allásocorriendo, impulsando el aliento
de diminutos insectos, de pececillos del río y aliviando elesfuerzo por vivir
de las flores;
… “un instante sólo, sólo otro”, –oigo decir– y almirar, zigzagueando,
un pétalo cae rasgando el alma sobre las púas del aire,
  y la rosa, al límite herida, aún resiste ysonríe.

Orión de Panthoseas

… Madre de agua,
no me llames para los claustros
ni para el olvido, no para herir
el viento, no para gangrenar la tierra;

Madre, para la vida, llámame;

… por la eternidad –y aunque no
tenga nombre– búscame,
que quiero el verdor del aire;

… Padre de fuego,
libértame en tus brasas; en la luz de tu llama déjameprenderme,
que vengo para todas las muertes y resurrecciones;

… los hijos de Caín contamos alma por desastres
y auroras por amantes; es la sed del fuego, la hoguera
de la luz y el movimiento, los sueños abriéndoles loscántaros
a las diosas que guardan los besos y el rocío;

… Padre y Madre, paras las rosas no me neguéis la vida,
y con mis trozos mojados y encendidos
volvedme y rehacedme;
¿… no veis
que tengo el agua y el fuego ?
¿… no veis que lo arrebato y tomo,
                          no veis, no veis que estoy robando el Amor?

Orión de Panthoseas

      (o shock de la memoria)

… entra el tiempo al corazón con saña y hachas vivas yacampa en él,
lo revienta sin piedad, lo descuaja, lo tira a un vertedero yallí lo maldice
y escupe, lo mira con desprecio y después se va;
… y con el corazón tirado, con la sangre podrida y lospájaros picoteando el óxido
donde se tuvo el mar, uno no exige ya vivir, pues uno, entonces, no duda
de que ha muerto; y empiezan a nacerle incluso hierbas, augurios de sal,
de arena y cardos, empieza a silbar por él el viento y a dejarlecardenillo en los huesos,
señales ciertas con que escruta y va llenando sus intersticiosla soledad;
… así, cuando nace una rosa, uno tiende a ignorar que es enél donde nace,
pues jura y perjura que su sangre podrida y su mar devastado no existen,
que el tiempo se ha ido y sus hachas ya no pueden herirlo; uno, en sunada,
tiende a creer que sus manos de muerte no podrán levantar ya lavida
de los agraces rescoldos del corazón; y aún así,en su afán por recobrar loslatidos,                 
se remueve, llora, grita, y desolado recurre a la memoria, y aunqueésta acude,
    sus vestigios de nada le sirven: indolente ydañada, no recuerda las rosas.

Orión de Panthoseas

                  Aquí no me toquéis.
                  No.
                  Aquí no.

… bajo el son del mundo dejadme este verdor crecer
y que sigan la sal y la tarde.

No. Aquí no me toquéis, que tengo que aguardar
a la flor
del almendro.

… para ser de manzana no hacen falta diciembres,
ni martirios, ni borrascas, ni altares;
… ser de hombre, ay de mí,
significa que he de encontrar la fuente
y, bebiendo, acallar los rumores del agua
y de la flor que persigo.

                  No, no,
                  aquí no me toquéis.

Orión de Panthoseas

… sólo, sólo de esta forma: asir y besar lo fugitivo;
¿ … te acuerdas, corazón, cuando por primera vezquisimos retener las rosas
y el agua, te acuerdas ? ¿ te acuerdas que ocurrió en eljardín del pecho y los dos,
llenos de pánico, retrocedimos ? Sé, sé bien quedesde aquel instante quisimos ser hombres
y endurecer, pero ya no sé si aún soñamos conincendiar el aire o si, inermes,
dando tumbos y rugiendo, únicamente vamos cayendo como piedras;
¡ …y es que todo, todo se torna tan frágil e inasible,tan fútil se hace…!
… porque de pronto duelen las manos y los pies, se oyen ruidos sordosabandonando
los días y baladas tristes se escuchan por el arrabal; y porentre las acacias, dioses vencidos
se reúnen y lloran
… pero tú y yo, corazón, dime ¿ podríamoscaer tan jóvenes ? ¿ habremos de acallar el viento
y las hogueras que nos piden alzar las manos y dejarnos morir ? pues¿ quién, quién eres tú,
quiénes somos nosotros, tú y yo ahora, corazón, esque acaso hemos dejado de ser quienes éramos ?
… siempre corrimos a la conquista del mundo, a la construcciónde un sol o de una brizna
de hierba y hasta aquí hemos venido, conservando estos cuerposde temblor acabado y de ira,
 de lágrimas, de continuo y violento espanto…
… por eso te llamo a “guerras” que una vez más nos salven elalma y la vida, por eso te llamo
a arder y te propongo otra vez, oh amigo, oh mi valiente y esclarecidoamigo,
el cruel quebranto de una dolorosa y prolongada resurrección.

Orión de Panthoseas

… si lograra con la reja de sangre
y el arado de fuego llegar al corazón
y surcando en sus tierras cultivar la alegría!
… y si después hubiese fiesta
y un viento jubiloso derramase en las calles
este hallazgo mío —la dicha del hombre,
la Vida sola— ¿quién no viviría?
¿quién no saldría a buscar oro puro y,encontrándolo,
no hollaría su propio corazón para seguir viviendo,
¿quién, quién no?

Orión de Panthoseas