¿Remordimientos yo?
                                    Qué va.
Si para dormir exhausta
cuento mis pecados cotidianos
en vez de borreguitos negros.

            Con el roce de tus labios,
con mis ganas de vivir me atraganto,
con las escamas de tu lengua,
    entre mis recuerdos y tu olvido,
entre tus muslos y los míos,
    entre mi edad madura
y tus ojos de niño
            voy al sueño.