En una balacera de palabras,
Los dientes se me hincharon como pelotas.

Y la boca en el viento marchita conmemoraba las derrotas de los parias.
Porque estando allí sentado, sobre las graderías,alimentando la ignorancia, me sentí parte de algo y tuve miedode sentirme nada.
Cayeron los rumores como gotas de lluvia fresca, y en su cabezahúmeda y transparente se empoltronaban las abejas, y me picabanlas manos, la frente, la nuca, la nariz y la boca.
Y allí con un dolor en el cuerpo, intenso, recordé tualma,
La recordé cómo era antes de mí, cuando meenamore.
La recordé y me dije: “qué tiempos son estos en los queno me reconozco.
Que ahora los recuerdos buenos, vienen a pisarme, a patearme”.

No quiero recordarte, no te conozco.

La paz, mujer siempre deseada hasta por los pobres, se duermeeternamente tras mi espalda,
Nunca la conocí, parece que era muy bella, o es¿quién sabe?
Aún no la busco, no la espero encontrar,
Soy egoísta,
Pero igual no me lamento, para mí ella es otra mujer en lafarándula;
En dónde mitos y sapos alimentan las serpientes casquivanas deloptimismo.

Juan Felipe Acosta Sánchez

El amor es una fruta, espesa en su jugo,
El amor es una sonrisa, una caricia,
El amor es el silencio del crepúsculo,
El amor es el rostro de un ángel,
Mi huella en la tuya,
Tu boca rota, maltratada por los vientos que te roban,
El amor es una mirada ciega,
Es un árbol seco y muerto, es la primavera,
Eres tú y soy yo, el chocolate.
El amor es un suspiro, casi una bocanada.
El amor es tu beso en la nada, y una estructura de almíbar.
Un castillo de cartas, la verdad y la mentira.
El amor es una suerte de gracias, la cama húmeda, y el airesalitre.
El amor es el cuerpo fresco cómo la hierba, tu novedad, mimorada.
El amor es la lágrima qué en los ríos se agranda,
Y tu risa, sonora, sonora cómo mi corazón que palpita.

Juan Felipe Acosta Sánchez