A Lucila Velásquez
Los dispositivos de los barcos para la navegación solitaria funcionan confrecuencia a destiempo. Las técnicas de recepción, por ejemplo, noidentifican sino a sombras. Las señales de satélite vuelan en órbitas tanbajas que el ecuador está siempre distante y las sondas acústicas no midenprofundidades sino abismos insondables. En alta mar, cuando los lugares sonsiempre los mismos, el navegante solitario es el único ser que en elplaneta, fuera de la gran ballena, se alimenta de resonancias: cada andrajodel océano puede ser la última visión
Gustavo Pereira