Dedico esta letras al bergantín goleta de cuatro palos «ESMERALDA»
buque escuela de la Armada de Chile, a los hombres que tienen alma
de marinos y que alguna vez navegaron donde empieza el «mar de
mis amores», a mi esposa «el amor del mar de mis amores».

Blanca mariposa brillante como estrella,
eres cuatro largas lanzas
que besan el cielo desde el mar,
donde solo tu reinas,
blanca mariposa enamorada
«del mar de mis amores».

En las noches negras sin luna
cuando se confunden el mar y el cielo,
en el mar eres invisible mariposa
porque solo brillas en el cielo,
que cubre el horizonte todo
«del mar de mis amores».

Te llaman la Dama Blanca, será…
porque tus manos se abrazan al cielo
y tus pies al fondo del mar,
no tienes pechos, eres solo Corazón de chilena
volando en las alas del cóndor,
con alma de mujer enamorada
y tus entrañas tibias como el amor.

Tus cabellos al viento entre las drizas
del blanco velamen en tus palos,
cubiertos por el escudo del gran Zeus
con la venia de Neptuno, en sus aguas bien amadas.
Los hombres que te guían son marinos
son soldados del cielo y del mar,
porque no hay un marino en este mundo
que no cuente con la bendición de Dios.

Para bailarle a la bandera dicen, hay que ser chileno,
pero cuando la bandera baila contigo
y con tu barco en este mar, hay que ser marino
hay que quererlo con el alma, por eso yo lo llamo
«el mar de mis amores».

Donde truenos y relámpagos son los besos de las nubes,
donde se junta El polo con Los Andes,
donde las olas se funden con el viento,
donde las lluvias son espadas del cielo,
donde se atormentan en las rocas
las majestuosas olas de tu mar,
con estrépito increíble sacado del averno,
donde el más valiente siente miedo,
en el fin del mundo, en Chile,
allá en el sur, muy al sur,
donde se besan los mares,
donde se abrazan los cielos,
donde se mira la muerte cara a cara en el mar,
donde empieza «el mar de mis amores».

Preciosa mariposa de blancas alas
que le cantas al mundo las bellezas de tu tierra,
les cuentas como son tus frutos y mujeres,
les das a probar tus vinos y tus hombres, los marinos.

Cuando llegas a remotas tierras
por mares escondidos, te miran al llegar sin verte,
sin importar, pero… a los pocos días,
cuando partes mariposa de ese puerto
los muelles se hacen chicos para
tanta gente llorar, el mar sube con sus lágrimas
mientras levas anclas de sus aguas.

El viento y las brizas del destino
te mueven suavemente otra vez,
dejando ese último muelle en el recuerdo con Neruda,
«amo el amor de los marineros que besan y se van».
Blancos pañuelos mariposa,
como tus blancas alas y lagrimas, solo lágrimas,
son siempre la triste despedida.

Ese sueño de amor que se quedó en la playa
lo recordarás por siempre mientras vivas
aunque haya sido solamente
un breve suspiro de tu vida.

Fuertes pitos cornetas y campanas
te dirán que el amor quedó en la arena,
y que vuelves a ser marino,
y en sus brazos amorosos nuevamente
volverás al «mar de mis amores».

Blanca mariposa que tienes mil nombres por tu nombre,
Esmeralda, ESMERALDA es el más bello
porque tu eres la Dama Blanca, la única,
la estrella solitaria de ese cielo, que cubre
«todo el mar de mis amores».

      PARTE SEGUNDA

Blanca mariposa que estas enamorada de la vida
y de los suspiros de tus hombres,
enamorada del amor de todos ellos
y llena de amor por tu bandera,
que flameando sobre tu blanca estela,
fulgurante, con millones de estrellas en la noche,
entre gavias y cangrejas blancas,
como tus blancas alas mariposa.
Hiciste soñar todos los mares de la tierra
con el amor del cielo por tu alma.
Eres la virgen de sus sueños,
eres la risa alegre de sus bocas,
eres la vigorosa juventud eterna del marino,
eres la bandera toda blanca,
aunque tienes cuatro largas lanzas,
eres como paloma de paz, mariposa mensajera,
eres madre, eres hembra, eres novia,
eres la vida entera de esos niños,
eres el amor de los marinos,
Amor, eres de la patria entera,
eres el amor de mi bandera,
eres el amor de todos los cielos de la tierra,
y eres el amor, el único amor, el gran amor
«de todo el mar de mis amores».

Por eso al mirarte en una foto
sueño con la dicha de tus hombres
que pueden ser tus amantes
para mirar contigo las estrellas,
de tocarte, de abrazarte, de ser tuyos,
por el tiempo tan breve, como titilar de las estrellas,
lo que dura, un solo beso a su bandera.

Preciosa mariposa de mis sueños
que solo te toqué, pero que nunca fuiste mía,
te vi pasar por mi vida muchas veces
con tus velas al viento desplegadas,
a lo lejos, en la bruma de los mares.
Soy marino desde el alma, en Taltal
lo fui desde niño a la orilla del mar.
Pero tú has sido desde siempre
la única, la Dama Blanca,
La Estrella Solitaria,
La Mariposa Encantada
El amor de los amores,
el sueño de mi alma de marino
«de todo el mar de mis amores».

Cuando cortas las crestas de las olas
dejando grietas que no cierran
en el amor de tus marinos,
la blanca espuma de tus mares
es la cura para el mal de los amores,
—mal que solo cura—,
la blanca espuma de tu proa
al surcar el «mar de mis amores».

Al pasar los años y también los temporales de la vida
la blancura de tus velas tengo ya en mi alma,
la ilusión de tus encantos con el viento
me hace verte como visión de fuego,
recibiendo los besos de las nubes
en tus cuatro largas lanzas que tocan el cielo,
las olas imponentes barriendo tu cubierta,
tu alma prendida en las alas del cóndor,
dentro de ti tus amores abrazados
marinos y bandera,
surcando el mar a toda vela,
el majestuoso azul, pacífico, tranquilo, tempestuoso,
bello, hermoso, el más grande, el más amado
de los mares de este mundo,
«el glorioso mar de mis amores».

Quisiera en tu seno recibir mi adiós en esta vida
porque mi alma de marino pertenece al mar.
El mar en que tu reinas Blanca Dama,
El mar en que tu alumbras, Estrella Solitaria,
El mar en que tu vuelas, mi Blanca Mariposa,
«ESMERALDA» el mar de tu bandera,
el lugar que yo he llamado por toda mi vida
«El mar de mis amores».

TUSTIN, OCTUBRE DE 1995

Freddy Díaz Macker

Quisiera que estas flores
fueran para mitigar el dolor,
para ayudar a olvidar
para dejar de sufrir
o parar de llorar
Pero no lo son.

Me gustaría que sus colores
sirvieran para dibujar un cuadro
con sus horas alegres y felices
con lo más lindo de su vida

Me gustaría que su perfume
bañara nuestros sentidos
permitiéndonos sentir
lo que no se ve ni se toca

Me gustaría que el verde de sus hojas
Nos llevara volando como pájaros
Al jardín de sus ilusiones
Al bosque de sus esperanzas

Que la maravillosa suavidad
Y eterna belleza de sus pétalos
Fueran los besos que faltaban,
Esos que se llevó al partir

Que cada frágil capullo
Fuera un alado Pegasus
Que nos pudiera transportar
al lago de sus sueños

Pero como nada nada de eso puede ser

Le imploro a Dios, al gran Dios
El creador del cielo y de la tierra
Con lágrimas en mis ojos
Que al caer cada pétalo de estas flores
Uno por uno se vaya transformando
En suaves plumas blancas,
Pequeñas, delicadas, livianas
para que en el majestuoso cielo azul
Formen un hermoso y mullido nido
Vaporoso como suspiros de mariposas
Donde repose para siempre
Su hermoso cuerpo dormido

Adiós hija mía, amor de mi vida
Guárdame un lugar al lado tuyo

Papisen

Tustin, 7 de octubre del año 2002

Freddy Díaz Macker