Por nuestra avenencia
te he puesto en la balanza
y miro tu templanza
cuando estoy en tu presencia.

Tú, no sólo eres eminente
ninfa dulce y sensual,
eres el botón floral
por el que vivo claramente.

Por ti me puedo inspirar
en cualquier momento
y decir lo que siento
sin tenerlo que pensar.

No sé si me quieras amar;
pero eres del rosal la flor
de la que por su cantar doy amor
y de la cual adoro su mirar.

Ninfa eres del madrigal
que todos quieren tener,
que todos quieren poseer,
que todos quieren adorar.

Eres ave que al volar
se desplaza suavemente,
de sangre eres corriente
que agita mi palpitar.

Y cuando voy a escribir
también eres el emblema
del más hermoso poema
que yo pueda sentir.

Tú eres arcoíris dorsal
que mi pensar aclarece,
que mi sentir enaltece
cuando te voy a besar.

Eres la estrella polar
que mi pensar ilumina,
que mi sentir examina
cuando me quieres besar.

Fernando Ramos B.

Vieja soledad que con mis palpitaciones
todo sentimiento extraño duerme tras de ti
porque eres el corazón de mis ilusiones
y todo lo que eres vive dentro de mí;

Sientes el afecto que quizás en un mañana
denote tantas cosas de las que puedo sentir,
un tierno destello que se esconde en tu mirada
y otras tantas cosas que no concibo decir;

Y así como la flor embellece con el rocío,
aumenta mi amor producto de tu vivir
porque es un amor que con tu alma crío
y que sólo con el tuyo se puede compartir;

Por ello me enaltezco si estoy junto a ti,
y producen mis latidos agitada alegría
porque eres entelequia que me hace feliz
y que suele alimentar mi alma día tras día;

Como una eterna nube que en mi jardín
mantiene todas mis azucenas en primavera
porque es un sentimiento que no tiene fin
y que sacia por completo mi vida entera;

Por ello te amo, quiero, adoro y admiro,
porque perteneces a una eflúvica perfección
tan, pero tan amplia como el aire que respiro
y tan quimérica como una envejecida ilusión.

Fernando Ramos B.

Estoy consternado y desilusionado
por la incertidumbre de tu desamor;
mas todavía me siento de ti atado
y con el alma destrozada de dolor;

Un dolor que tu indiferencia me asigna
como si fuese merecedor de nada
entonces mi alma a este se resigna
con la melancolía de ser despreciada;

Pero no entiende por qué no la aprecias
porque daría todo para complacerte,
y como respuesta tu desamor la desprecia
como si fuere cruel delito quererte;

Quererte como mi alma te quiere
con un amor diáfano, transparente,
pero la tuya cruelmente la hiere,
sin tener cuidado, siendo indiferente;

Indiferencia que hinca mi corazón;
dejándolo sumido en la angustia,
por saber destrozada una ilusión
que me alejaría por siempre de la mustia;

Una mustia que ahora me acompaña
como el más amargo de los destinos,
y me despedaza como una cizaña
que dirime toda risa de mi camino;

Un camino que se prolonga dentro de mí
haciendo mi triste llanto más eterno,
que satisface la vanidad dentro de ti
y me entierra por completo en el infierno;

El infierno de tu desamor y mi amargura
por el que me da igual la vida o la muerte,
por el que carezco de todo, de tu ternura
que es lo que más me hace quererte.

Fernando Ramos B.