Siento sed de tu cuerpo y de tus manos
Y de tu amor que he tomado a grandes tragos
He agotado su existencia en mi presencia
Y hoy lo reclamo con un llanto a tu nobleza
Quiero amarte de los pies a la cabeza
Y acariciar tu cuerpo fuerte y de batalla
Hasta que mi piel se rompa en mil pedazos
Y brote toda mi inocencia cual tierna lava
Y mi sed no se calmará ni con besos
Ni con sexo ni con nada.
Quiero amor del más puro y más sencillo
Solo amor, y que transpire
          Por cada poro que se abra.

Dalia María Pérez