Yo elijo la postrera de tus hojas,
yo voy a anticipar tu despedida;
ya blanco libro, que mi nombre alojas:
sabes cuál es tu término en la vida.

¡Ay! si también pudiera el alma herida
anticipar el fin de sus congojas…
yo de mi juventud saber quisiera
qué nombre hay en su página postrera.

Carolina Coronado

Los versos más largos y aquéllos más cortos
que tengan del arte las reglas concisas,
señora, aunque sean horribles abortos
decís que queréis en letras precisas;
Vos
Ni
Dios
A
Mi musa ignorante de tales hazañas
inspiran, señora, el grande talento
de hacer en el Álbum, con formas extrañas,
la rara poesía del genio portento
Que
Yo
No
Sé.

Carolina Coronado

Hazme buena, Madre mía,
dame paciencia y virtud,
porque tú Santa María
has de ser la mejor guía
que tenga mi juventud.

Del corazón inocente
protege tú los amores,
y antes que empañen mi frente,
que me cieguen de repente
tus divinos resplandores.

Consuélame, Madre mía,
cuando a tus plantas me veas,
porque yo no dejo un día
de decir «Santa María»
«¡Bendita en el cielo seas!»

Badajoz, 1848

Carolina Coronado